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For Andres Raya... / Para Andres Raya... [violence, police]
Anonymous Comrade writes:
For Andres Raya… And For All of Us
Social War
On January 9, 2005, outside a Ceres, CA liquor store, Andres Raya ambushed the police. Raya had earlier fired into the air, hid his assault rifle, and rushed into the store requesting police assistance. Raya shot and killed arriving Ceres police Sgt. Howard Stevenson, and seriously wounded officer Sam Ryno. Raya then fled. He died later following a cop stakeout and another confrontation, where he was shot eighteen times.
Raya was nineteen years old. He had spent seven months of 2004 as a Marine with the 1st Intelligence Battalion, assigned to Iraq. While there, Raya earned three medals and a ribbon for his service. Raya was on family leave in California, set to depart again for duty.
One account of Raya’s attack on the cops gives the gunman’s words to local residents as he ran from police: “Don’t worry, you’re a civilian. You won’t get hurt.”
The Ceres police have denied that the action had any connection to Iraq. They ignore eyewitness testimony. Gangs, drugs and rap music are instead put forward as probable causes. According to autopsy reports, Raya had cocaine in his system. It is hard to know whether to trust these reports - authorities have every reason to skew them. Few in Raya’s community believe that he was a gangster, even if he may have had friends in gangs. No amount of empty talk from our rulers can cover up the essential truths. Andres Raya did not want any more medals. He wanted nothing more to do with US society. He fought in the way he knew how to, as a soldier. Raya’s final enemy was Uncle Sam.
Andres Raya may not have been a hero, but he was not a villain either. He was a Chicano working class teen who acted as he could. He was a Marine who went to war against America. He played his role in society, and then he tried to break out.
According to the newspapers, Raya and some accomplices broke into a local school on December 28. Video footage from the burglary allegedly showed Raya smoking pot, flashing gang signs and tearing up US flags to leave a “Fuck Bush” message on the floor. Despite the “gang” nonsense in the news, there’s only one thing to say about the school incident: in a sick society, such rebellion is healthy. Raya clearly understood that school, work, poverty and war are all part of the same problem. Between his time in Iraq, and his upcoming military assignment in Japan, Raya realized that there was something terribly wrong about the system worldwide. After attacking a school, Raya targeted the police.
The cops always symbolize raw, naked power against impoverished communities. Perhaps Raya saw connections between his military role in Iraq, and the role of police in US cities. In America, cops fill up prisons that are no better than Abu Ghraib. In both Iraq and the US, patrols target whole communities, because everyone there could potentially be an insurgent. Most folk have every reason to refuse poverty and brutality. They’re right to cast off the roles they’ve been taught. The cops exist to prevent resistance. When police are attacked, that makes sense.
Raya must have known that he was killing himself when he struck out. He was furious, not ignorant. Raya’s despair was reasonable. From US police getting away with murder – like the nearby Modesto police killing of Sammy Galvan in August 2004 – to the US massacre in Fallujah, it’s hard to know what to do with a catastrophic society. We lead tragic lives at school, work and home, because there doesn’t seem to be any other way. We put up with everyday humiliation, even as it takes its toll on us. Andres Raya did not accept the disaster of our lives. He struggled, killed, and died.
The tributes to Sgt. Stevenson disgust us. Cops never deserve our tears. As long as police terrorize communities – that is, as long as police exist – cop funerals should be spat upon. We are saddened that Raya is no longer around, though. We hate society with the same intensity as he did. Unlike the gunman, however, we do not see our refusal of society to be suicide. What would have happened if Raya met more who were like him? Could we not have come up with a plan? We can all say “no” when ordered to eat shit. We can fight back in ambitious ways, and with all our strength. Let’s get together, not just lash out one by one. Respect to Ceres taggers, who write better than every journalist. RIP Andy - Fuck the police - Let’s start to live.
Comments: info@socialwar.net
**
PARA ANDRES RAYA… …Y POR TODOS NOSOTROS
El 9 de Enero del 2005, en el parqueadero de una tienda de likor en Ceres, CA Andres Raya emboscó a la policía. Poco antes, Raya disparó al aire, escondió su rifle estilo “assault,” y entró la tienda pidiendo assistencia policíaca. Cuando llegaron, Raya disparó y mató Sgto. Howard Stevenson del la policía de Ceres y hirió gravamente Sam Ryno, policía de Ceres. Raya huyó y murió después de otra confrontación con la policía, en lo cual recibió 18 balas.
Raya tenia 19 años. Habia pasado siete meses del año 2005 como “US Marine” con el “1o Intelligence Battalion,” asignado a Iraq. Mientras su estancia en tal pais, Raya ganó tres medallas y una condecoración. Raya habia llegado a California para su “descanso familiar,” a punto de regresar al servicio.
Un testigo del ataque de Raya relata lo que dijo mientras huía de la policía: “No se preocupe, eres civil. No va a ser lastimado.”
La policía de Ceres niega que la acción de Raya tuvo que ver con Iraq. Ignoran a los testigos. Para ellos las razones son la pandilla, las drogas, y la musica “rap.” Según su reporte de autópsia, las autoridades detectó cocaina en el sangre de Raya. Pero es difícil confiar en estos reportes, porque sirven sus intereses de alterarlos. En Ceres, la mayoria creen que Raya no era miembro de la pandilla, aunque es probable que tuvo amigos involcrados en ella. A final, las autoridades no pueden obscurecer la verdad: Que Raya ya no quería medallas. Ya no quería nada que ver con el sueño americano. Luchó de la forma mas conocida para el: como soldado. El ultimo enemigo de Raya fue el Tío Sam.
Quizás Andres Raya no era heroe, pero tampoco era villano. Era una Chicano, jóven, de la clase pobre quien actuó como pudo. Era un “Marine” quien peleó contra los EEUU. Cumplía con su papel en la sociedad, y entonces trató de romper con él.
Según los periódicos, Raya y otros se metieron a una escuela el pasado 28 Diciembre. En un video grabado en la escuela, se ve a Raya fumando mota, rifando, y formando las palabras “Fuck Bush” con las piezas de una bandera gringa rota. A pesar de las mamadas sobre la pandilla que aparecieron en la prensa, queda una sola cosa de contar sobre el incidente en la escuela: en una sociedad insana, la rebellión es sano. Raya entendió bien que la escuela, el trabajo, la pobreza, y la guerra son partes del mismo problema. Entre su estancia en Iraq y su siguente asignación en Japón, Raya se dió cuenta que el sistema mundial está jodido. Despúes de atacar a una escuela, su blanco era la policía.
La policía siempre representa el poder bruto contra las communidades pobres. Quizás Raya entendío los vinculos entre su papel militar en Iraq y lo de la policía en las ciudades en el EU, donde gracias a los puercos, las carceles están llenos y no son nada mejor que Abu Ghraib. En Iraq igual como en el EEUU, las comunidades pobres son blancos para las patrullas, porque cúalquier persona podría ser un insurgente. La mayoria tienen toda la razón por rechazar a la pobreza y la brutalidad. Tienen el porque de no asumir los roles que les enseñaron. La policía existe para supremir la resistencia. Cuando la atacan, tiene sentido.
Raya debería haber sabido que iba a fallecer cuando atacó a la policía. Tenía coraje, pero no era ignorante. Su desesperación era entendible. De la impunidad de la policía—como el recien asesinato de Sammy Galvan en las manos de la policía de Modesto—a la masacre en Fallujah, Iraq por parte de soldado gringos, es difícil saber que hacer en una sociedad catastrófica. Vivimos una tragedia en nuestras escuelas, en el trabajo, en nuestras casas, porque parece no a ver alternativa. Aguantamos humillación en la vida cotidiana, a pesar de que nos desgasta cada vez mas. Andres Raya no aceptó el desastre de nuestras vidas. Luchó, mató, y murío.
Los homenajes al Sgto. Stevenson nos dan asco. Los puercos no merecen nuestras lágrimas. Mientras que la policía siga aterrorizando a nuestras comunidades—es decir, mientras que exista la policía—debemos cagarnos en los funerales de la policía. A la vez, nos entristece que Raya ya no esté con nosotros. Odiamos al sistema con la misma intensidad que él. Pero a diferencia de él, no lanzamos nuestra rechazo al sistema como suicidio. Que hubiera sucedido si Raya conociera otros que parecidos a él? Podríamos haber creado un plan de accíon? Todos podemos decir “no” cuando nos ordenan comer mierda. Podemos luchar de una forma ambiciosa y con toda nuestra fuerza. Ya es tiempo juntarnos, no solo luchar uno por uno. Todo respeto para los graffiteros de Ceres, quienes escriben mejor que cualquier periodista: RIP Andy – Que se chinge la policía – Empecemos a vivir de verdad.
Commentarios a: info@socialwar.net"
Anonymous Comrade writes:
For Andres Raya… And For All of Us
Social War
On January 9, 2005, outside a Ceres, CA liquor store, Andres Raya ambushed the police. Raya had earlier fired into the air, hid his assault rifle, and rushed into the store requesting police assistance. Raya shot and killed arriving Ceres police Sgt. Howard Stevenson, and seriously wounded officer Sam Ryno. Raya then fled. He died later following a cop stakeout and another confrontation, where he was shot eighteen times.
Raya was nineteen years old. He had spent seven months of 2004 as a Marine with the 1st Intelligence Battalion, assigned to Iraq. While there, Raya earned three medals and a ribbon for his service. Raya was on family leave in California, set to depart again for duty.
One account of Raya’s attack on the cops gives the gunman’s words to local residents as he ran from police: “Don’t worry, you’re a civilian. You won’t get hurt.”
The Ceres police have denied that the action had any connection to Iraq. They ignore eyewitness testimony. Gangs, drugs and rap music are instead put forward as probable causes. According to autopsy reports, Raya had cocaine in his system. It is hard to know whether to trust these reports - authorities have every reason to skew them. Few in Raya’s community believe that he was a gangster, even if he may have had friends in gangs. No amount of empty talk from our rulers can cover up the essential truths. Andres Raya did not want any more medals. He wanted nothing more to do with US society. He fought in the way he knew how to, as a soldier. Raya’s final enemy was Uncle Sam.
Andres Raya may not have been a hero, but he was not a villain either. He was a Chicano working class teen who acted as he could. He was a Marine who went to war against America. He played his role in society, and then he tried to break out.
According to the newspapers, Raya and some accomplices broke into a local school on December 28. Video footage from the burglary allegedly showed Raya smoking pot, flashing gang signs and tearing up US flags to leave a “Fuck Bush” message on the floor. Despite the “gang” nonsense in the news, there’s only one thing to say about the school incident: in a sick society, such rebellion is healthy. Raya clearly understood that school, work, poverty and war are all part of the same problem. Between his time in Iraq, and his upcoming military assignment in Japan, Raya realized that there was something terribly wrong about the system worldwide. After attacking a school, Raya targeted the police.
The cops always symbolize raw, naked power against impoverished communities. Perhaps Raya saw connections between his military role in Iraq, and the role of police in US cities. In America, cops fill up prisons that are no better than Abu Ghraib. In both Iraq and the US, patrols target whole communities, because everyone there could potentially be an insurgent. Most folk have every reason to refuse poverty and brutality. They’re right to cast off the roles they’ve been taught. The cops exist to prevent resistance. When police are attacked, that makes sense.
Raya must have known that he was killing himself when he struck out. He was furious, not ignorant. Raya’s despair was reasonable. From US police getting away with murder – like the nearby Modesto police killing of Sammy Galvan in August 2004 – to the US massacre in Fallujah, it’s hard to know what to do with a catastrophic society. We lead tragic lives at school, work and home, because there doesn’t seem to be any other way. We put up with everyday humiliation, even as it takes its toll on us. Andres Raya did not accept the disaster of our lives. He struggled, killed, and died.
The tributes to Sgt. Stevenson disgust us. Cops never deserve our tears. As long as police terrorize communities – that is, as long as police exist – cop funerals should be spat upon. We are saddened that Raya is no longer around, though. We hate society with the same intensity as he did. Unlike the gunman, however, we do not see our refusal of society to be suicide. What would have happened if Raya met more who were like him? Could we not have come up with a plan? We can all say “no” when ordered to eat shit. We can fight back in ambitious ways, and with all our strength. Let’s get together, not just lash out one by one. Respect to Ceres taggers, who write better than every journalist. RIP Andy - Fuck the police - Let’s start to live.
Comments: info@socialwar.net
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PARA ANDRES RAYA… …Y POR TODOS NOSOTROS
El 9 de Enero del 2005, en el parqueadero de una tienda de likor en Ceres, CA Andres Raya emboscó a la policía. Poco antes, Raya disparó al aire, escondió su rifle estilo “assault,” y entró la tienda pidiendo assistencia policíaca. Cuando llegaron, Raya disparó y mató Sgto. Howard Stevenson del la policía de Ceres y hirió gravamente Sam Ryno, policía de Ceres. Raya huyó y murió después de otra confrontación con la policía, en lo cual recibió 18 balas.
Raya tenia 19 años. Habia pasado siete meses del año 2005 como “US Marine” con el “1o Intelligence Battalion,” asignado a Iraq. Mientras su estancia en tal pais, Raya ganó tres medallas y una condecoración. Raya habia llegado a California para su “descanso familiar,” a punto de regresar al servicio.
Un testigo del ataque de Raya relata lo que dijo mientras huía de la policía: “No se preocupe, eres civil. No va a ser lastimado.”
La policía de Ceres niega que la acción de Raya tuvo que ver con Iraq. Ignoran a los testigos. Para ellos las razones son la pandilla, las drogas, y la musica “rap.” Según su reporte de autópsia, las autoridades detectó cocaina en el sangre de Raya. Pero es difícil confiar en estos reportes, porque sirven sus intereses de alterarlos. En Ceres, la mayoria creen que Raya no era miembro de la pandilla, aunque es probable que tuvo amigos involcrados en ella. A final, las autoridades no pueden obscurecer la verdad: Que Raya ya no quería medallas. Ya no quería nada que ver con el sueño americano. Luchó de la forma mas conocida para el: como soldado. El ultimo enemigo de Raya fue el Tío Sam.
Quizás Andres Raya no era heroe, pero tampoco era villano. Era una Chicano, jóven, de la clase pobre quien actuó como pudo. Era un “Marine” quien peleó contra los EEUU. Cumplía con su papel en la sociedad, y entonces trató de romper con él.
Según los periódicos, Raya y otros se metieron a una escuela el pasado 28 Diciembre. En un video grabado en la escuela, se ve a Raya fumando mota, rifando, y formando las palabras “Fuck Bush” con las piezas de una bandera gringa rota. A pesar de las mamadas sobre la pandilla que aparecieron en la prensa, queda una sola cosa de contar sobre el incidente en la escuela: en una sociedad insana, la rebellión es sano. Raya entendió bien que la escuela, el trabajo, la pobreza, y la guerra son partes del mismo problema. Entre su estancia en Iraq y su siguente asignación en Japón, Raya se dió cuenta que el sistema mundial está jodido. Despúes de atacar a una escuela, su blanco era la policía.
La policía siempre representa el poder bruto contra las communidades pobres. Quizás Raya entendío los vinculos entre su papel militar en Iraq y lo de la policía en las ciudades en el EU, donde gracias a los puercos, las carceles están llenos y no son nada mejor que Abu Ghraib. En Iraq igual como en el EEUU, las comunidades pobres son blancos para las patrullas, porque cúalquier persona podría ser un insurgente. La mayoria tienen toda la razón por rechazar a la pobreza y la brutalidad. Tienen el porque de no asumir los roles que les enseñaron. La policía existe para supremir la resistencia. Cuando la atacan, tiene sentido.
Raya debería haber sabido que iba a fallecer cuando atacó a la policía. Tenía coraje, pero no era ignorante. Su desesperación era entendible. De la impunidad de la policía—como el recien asesinato de Sammy Galvan en las manos de la policía de Modesto—a la masacre en Fallujah, Iraq por parte de soldado gringos, es difícil saber que hacer en una sociedad catastrófica. Vivimos una tragedia en nuestras escuelas, en el trabajo, en nuestras casas, porque parece no a ver alternativa. Aguantamos humillación en la vida cotidiana, a pesar de que nos desgasta cada vez mas. Andres Raya no aceptó el desastre de nuestras vidas. Luchó, mató, y murío.
Los homenajes al Sgto. Stevenson nos dan asco. Los puercos no merecen nuestras lágrimas. Mientras que la policía siga aterrorizando a nuestras comunidades—es decir, mientras que exista la policía—debemos cagarnos en los funerales de la policía. A la vez, nos entristece que Raya ya no esté con nosotros. Odiamos al sistema con la misma intensidad que él. Pero a diferencia de él, no lanzamos nuestra rechazo al sistema como suicidio. Que hubiera sucedido si Raya conociera otros que parecidos a él? Podríamos haber creado un plan de accíon? Todos podemos decir “no” cuando nos ordenan comer mierda. Podemos luchar de una forma ambiciosa y con toda nuestra fuerza. Ya es tiempo juntarnos, no solo luchar uno por uno. Todo respeto para los graffiteros de Ceres, quienes escriben mejor que cualquier periodista: RIP Andy – Que se chinge la policía – Empecemos a vivir de verdad.
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